Recuperemos el saludable hábito de merendar


Desde los más pequeños hasta los más mayores… para todos es recomendable realizar una ingesta ligera entre la comida y la cena.

Los lácteos son una opción ideal frente a otros alimentos menos saludables que a menudo consumen los escolares.


Imprescindible para los que llevan una vida activa o realizan trabajos físicos.



La merienda permite acortar el tiempo que pasamos sin consumir alimentos entre una comida y otra. De esta manera, no solo llegamos con menos apetito a la próxima ingesta, sino que obtenemos la energía que necesitamos para mantenernos activos. 

Los nutricionistas recomiendan realizar cinco comidas al día, incluyendo una “merienda” a media mañana -llamado por muchos almuerzo o tentempié- y otra en la tarde -la tradicional merienda.

En función de lo que incluya, una merienda puede ser beneficiosa para nuestro organismo o no. Consumir productos con alto contenido calórico o formados por nutrientes poco saludables pueden convertir la buena costumbre de la merienda en algo a eliminar. Una muy buena alternativa la tenemos en la fruta, la leche, el yogur y los quesos.




Los niños son una de las franjas de población que más asiduamente incluyen la merienda entre sus ingestas diarias. El gasto energético que realizan durante la jornada escolar hace que necesiten un complemento a su alimentación antes de la cena. En ocasiones, este se produce en el hogar o de regreso al mismo, un momento propicio en el que los padres y las madres pueden aprovechar para incluir en su rutina alimentaria una amplia variedad de productos lácteos. Al estar en su fase de crecimiento, los más pequeños necesitan entre tres y cuatro raciones al día, de leche, yogur y queso, para culminar un buen desarrollo.



Afortunadamente, existe una gran oferta de leche, de yogures y de quesos para que los responsables de hacer la compra en el hogar encuentren aquel que mejor encaja con los gustos de sus hijos. Nuevas presentaciones en formatos individuales y fáciles de llevar; batidos, quesos frescos, quesos ya cortados, yogures líquidos para beber… no hay excusas para no apostar por la leche y los productos lácteos para la merienda de los más pequeños.
 

Además de los más pequeños, tanto los que están en edad escolar como los que aún no han llegado a ella, la incorporación de la leche, el yogur o los quesos a la merienda puede resultar de ayuda a la hora de garantizar que se están consumiendo las raciones diarias recomendadas de estos productos.


En las personas que practican ejercicio físico o desarrollan un trabajo muy laborioso, la ingesta de alimentos saludables durante la merienda es un hábito necesario. Para ello, lo ideal es que nuestra merienda se componga de fruta fresca, frutos secos sin sal, quesos fresco, yogur o batidos de leche, preparados o al gusto de cada uno con frutas y/o cereales…. De nuevos las posibilidades son infinitas.



A través del “Programa de promoción de la leche y los productos lácteos en el marco de unas prácticas dietéticas adecuadas”, Inlac y la Comisión Europea dan una respuesta sólida y conjunta a la necesidad de fomentar la presencia de la leche y los productos lácteos en el día a día de los ciudadanos españoles, además de fomentar la actividad física como estrategia frente a los problemas de salud relacionados con la alimentación, el sobrepeso y la obesidad.


www.lacteosdiquesi.eu


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